Laboratorio-móvil

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El Trineo de Viento ofrece a los científicos la posibilidad de llevar el laboratorio activo mientras viajan sobre el hielo a 20 kms/ hora, de media. Gracias a la energía que facilitan las placas fotovoltáicas es posible mantener activos instrumentos científificos y ordenadores que permiten trabajar sobre la marcha.

El Trineo, al ser un vehículo cero emisiones, permite recoger muestras científicas sin contaminantes aportados por el medio de transporte, así como acumular las muestras en su módulo de carga, hasta un total de cuatro toneladas en sus diseños más avanzados. En las dos expediciones a la Antártida realizadas hasta ahora, ya se incluyeron proyectos de investigación, cuyos resultados están pendientes de publicar.

Ejemplo de muestra de hielo antártico, con algas. |NOAA

Ejemplo de muestra de hielo antártico, con algas. |NOAA

En la Expedición Trasantártica 2005-2006, el geólogo Juan Manuel Viu inició la recogida de muestras de hielo cada 40 kilómetros de recorrido, a lo largo de un viaje de 4.500 kilómetros en el que se atravesó la llamada ‘zona de inaccesibilidad’. Finalmente, no hubo oportunidad de recoger la suficiente cantidad como se esperaba, debido a las adversas condiciones meteorológicas con las que se encontraron los expedicionarios. Aún así, se puso de manifiesto que, con un diseño mejorado del vehículo, era posible desarrollar un programa científico.

La Expedición Acciona Antártica Windpowered de 2011-2012 incorporó un programa científico con tres proyectos, a cargo del biólogo Juan Pablo Albar, investigador del Centro Nacional de Biotecnología (CSIC).

 

1. Proyecto Acciona/Grenoble (CNRS-UJF): para la caracterización isotópica de la nieve y el hielo en la Antártida: El investigador principal fue Jean Robert Petit, director de Investigación del Laboratoire de Glaciologie et Géophysique de l’Environnent de Grenoble (CNRS, Université Joseph Fourier). Con la participación del CNRS – Université Joseph Fourier. El objetivo científico fue  determinar la composición de isotopos estables (O18/O16 y Deuterio/H1) de la nieve en las regiones del ‘plateau’. Para ello se tomaron, cada 50 kilómetros, muestras de nieve/hielo (2 x 50 ml) hasta el Polo Sur geográfico.

2. Proyecto Acciona/Barcelona (IDAEA/CSIC): Liderado por Jordi Dachs y con Ana Cabrerizo y la participacion del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IDAEA-CSIC). Su objetivo era determinar los niveles de contaminación de elementos orgánicos persistentes (POPs), mediante un dispositivo, desarrollado en el IDAEA, que recoge muestras de aire semi-pasivo a lo largo de todo el recorrido. Las muestras recogidas mediante membranas absorbentes aún están en proceso de análisis y serán publicadas en breve en una revista científica de alto impacto. Será la primera publicación de una monitorización atmosférica de la Antártida con un vehículo «0 emisiones».

3. Proyecto Acciona/Madrid (UAM): Diseñado por Antonio Quesada, como investigador principal y David Velázquez , del Departamento de Biología.Universidad Autónoma de Madrid, tuvo como objetivo realizar catas de nieve  a lo largo de todo el trayecto para verificar la presencia de compuestos de origen biológico. Se recogió un liro de nieve cada  750Km, en condiciones cuasi estériles y manteniendo la cadena de frio hasta el laboratorio, donde se determinará la materia orgánica disuelta en la nieve (DOC), y eventualmente el material genético.

Estos proyectos pusieron de manifiesto las grandes posibilidades que presenta el Trineo de Viento para la investigación, al ser, hasta ahora, el único sistema posible de recogida de muestras en las regiones más remotas e inexploradas del continente sin generar un impacto ambiental que afecte a los resultados en el menor grado posible.

Con la incorporación de placas solares para la producción de energía (en el verano antártico hay 24 horas de luz), el proyecto Trineo de Viento permite también la toma de muestras cilíndricas de hielo subterráneas (ice-core) que faciliten estudios sobre el cambio climático en el pasado de la Tierra.

Asimismo, es el vehículo más adecuado para la recogida periódica de datos de sensores y estaciones automatizadas, que pueden ser instaladas utilizando el mismo medio de transporte en este territorio, sin por ello alterar el delicado equilibrio de su entorno.