Estudio climático y de la nieve

El Instituto Pirenaico de Ecología (IPE-CSIC) colabora en la expedición del Trineo de Viento con la puesta en marcha de dos proyectos científicos, que se desarrollarán durante la travesía.

  1. DE LA TEMPERATURA Y LA HUMEDAD RELATIVA PARA LA VALIDACIÓN DE LOS MODELOS CLIMÁTICOS EN GROENLANDIA

Los expedicionarios llevarán a bordo una estación meteorológica para registrar los datos de temperatura y humedad relativa cada hora, durante todo el recorrido. Son sensores que se colocan a dos metros del suelo y se programan para la toma de datos en una franja horaria determinada. Estos registros se utilizarán para la validación de simulaciones de distintos modelos sobre las condiciones climáticas en Groenlandia. Son los modelos en los que se basan informes como los del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas.

En la actualidad, existen pocos trabajos científicos de validación de estos modelos climáticos con observaciones reales en un extenso territorio polar. Los registros se utilizarán para comprobar que los modelos son útiles para estudiar la evolución y el cambio climático en la región. Así, la monitorización permitirá avanzar en el conocimiento del grado de incertidumbre de los modelos existentes sobre proyecciones de cambio climático en las próximas décadas, en relación con el incremento de la concentración de gases de efecto invernadero. Es un proyecto de Juan Ignacio López, geógrafo experto en estudio de la nieve, los glaciares y el cambio climático del Departamento de Procesos Geoambientales y Cambio Global del IPE-CSIC.

  1. CARACTERIZACIÓN DEL MANTO DE NIEVE EN EL INLANDSIS

Hasta la fecha no se han realizado mediciones manuales del espesor del manto de nieve y su contenido en agua (SWE, snow water equivalent) en un itinerario con las características que se plantea realizar en Groenlandia. Este es el objetivo del proyecto del IPE: caracterizar esa nieve, dirigido también por Juan Ignacio López.

Para ello, los expedicionarios llevarán a bordo un taladro de 1,60 metros, con el que realizarán agujeros en la nieve para medir su densidad, así como una báscula para pesarla. Con el perforador, sondearán buena parte de la capa de nieve caída el año anterior, pudiendo así analizar sus propiedades. Además, se tomarán medidas cada 10 centímetros para analizar la densidad de esa nieve a diferentes profundidades, hasta un metro. También se tomarán muestras de nieve a distintas profundidades para analizar su composición isotópica, lo que proporcionará información sobre los procesos de acumulación de nieve en el «inlandsis» que aún son poco comprendidos.

La hipótesis de partida es que la nieve acumulada durante más de un año se transforma en neviza (firn) o hielo, por lo que las mediciones que se realicen ofrecerán la imagen real de la nieve acumulada en el año anterior, información importante para conocer los gradientes de precipitación en la región y el contenido de agua del manto de nieve superficial. Los datos también serán utilizados para conocer la temperatura en los meses anteriores. Los datos se recogerán cada 100 kilómetros.

Asimismo, se realizarán mediciones de la temperatura del manto de nieve a distintas profundidades, lo que permitirá adquirir información de las propiedades del manto de nieve, sus mecanismos de metamorfización y las condiciones térmicas de las semanas y meses anteriores. Para esto último, llevarán un termómetro-varilla que de un metro de longitud.