Últimos preparativos antes de iniciar #RioDeHielo2017

Últimos preparativos antes de iniciar #RioDeHielo2017

La expedición Río de Hielo de Groenlandia se prepara para la salida definitiva. En una nave de la localidad de Ajalvir (Madrid), de la agencia Tierras Polares, patrocinadora de la expedición, parte del equipo realiza las últimas comprobaciones de los dispositivos y materiales que se van a utilizar. «La comprobación de las cometas es lo más complicado, pues son tan grandes y arrastran tanto peso que en realidad sólo podemos probarlas sobre la marcha. No hay lugar ni capacidad donde ensayar cómo van a responder sobre el terreno, pero confiamos en que no tengamos problemas», señalaba recientemente el explorador Ramón Larramendi, creador del vehículo y promotor de esta expedición científica.

Río de Hielo es la única expedición internacional que esta primavera atravesará todo el interior de Groenlandia recogiendo datos científicos sobre el impacto de cambio climático en el Ártico, un total de 1.200 kilómetros. «Los últimos días antes de la partida siempre son complicados. Tenemos que tener muy claro qué es lo imprescindible para no llevar peso innecesario. Además, siempre hay complicaciones de última hora que solventar, pero cuando te sientas en el avión, rumbo a Groenlandia, todo este trabajo previo se olvida. Ya sólo piensas en que nada importante se haya quedado olvidado. Hasta ahora no nos ha pasado», comentaba Larramendi antes de su salida, pues hace un par de días ya viajó hacia el Ártico.

En esta ocasión tienen la ventaja de que el Trineo de Viento se encuentra desde hace un año en el punto de partida, Kangerlussuaq. Dado que no había sufrido daños en la expedición Cumbre de Hielo 2016, y por tanto no requería reparaciones, el pasado año dejaron allí bien empaquetado el vehículo, a la espera del regreso de los expedicionarios.

Por ello, este año el equipaje a llevar consiste fundamentalmente en los enseres personales, comida (dado que en Groenlandia es muy costosa y no hay de alimentos que precisan) y, sobre todo, los dispositivos científicos que les permitirán desarrollar el trabajo para los diferentes proyectos de investigación implicados en la expedición: la estación meteorológica móvil, el colector del aire polar para detectar microorganismos, un georradar movido por energía solar para captar datos del terreno, un equipo para realizar perforaciones, los dispositivos de comunicaciones , las baterías que se cargan con placas solares… Y un sinfín de pequeños detalles que facilitan la supervivencia a los menos 30º C, que es probable que se encuentren.

«Es importante hacer las pruebas de comunicación para textos, voz e imágenes por satélite que es lo que nos permite estar en contacto con el mundo exterior. Es algo en lo que nos está ayudando el también expedicionario en 2016 Manuel Olivera. Y, además, también nos lleva tiempo los papeleos burocráticos para tramitar los permisos y seguros necesarios para entrar en el hielo y, en mi caso, preparar las fichas para la recogida de datos de cada proyecto «, explica Hilo Moreno. . «Luego, en el último momento, siempre hay imprevistos, como que te pierdan una maleta con material importante y esté en vilo pensando si llega a tiempo o no llega. Siempre hay tensión en los últimos momentos, pero es algo intrínseco a las expediciones», asegura.

El 20 de mayo un helicóptero les dejará en mitad de un inmenso desierto de hielo. ¡Ya queda menos!