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Dic 15

Nueva puerta para España en la Antártida

La primera de ellas les llevará en la próxima primavera a Groenlandia, donde por primera vez en la historia ‘circunnavegarán’ la isla más grande del mundo, un recorrido de 5.000 kilómetros que realizarán a bordo del nuevo vehículo que, inspirado en la filosofía y la tecnología inuit, puede revolucionar el mundo de la investigación en la Antártida y el Ártico. La segunda, de vuelta a la Antártida, en un viaje también circular de 7.000 kilómetros.

El explorador Ramón Larramendi recordó en el Instituto Cervantes que España tiene hoy una presencia “modesta” en el interior de la Antártida, puesto que las dos bases científicas existentes se encuentran ubicadas en dos islas a miles de kilómetros del Polo Sur, y que la próxima campaña estarán bajo mínimos debido a los recortes en investigación. “¿Por qué tener bases, que son tan costosas y generan impacto ambiental? Con este proyecto del ‘Trineo de Viento’ podemos acceder a una muy extensa zona continental por lo que cuesta el combustible de los buques oceanográficos para ir y venir a la Antártida”, argumentó.

“Siento orgullo de que sean españoles quienes ponen en marcha una tecnología basada en vehículos sostenibles, cero emisiones, que rompen los retos de la exploración en velocidad, de kilómetros recorridos y que puede ser el futuro modo de transporte entre las bases científicas en la Antártida, lo que será un éxito para España”, afirmó en la presentación Diego Azqueta, vicepresidente de la Sociedad Geográfica Española.

Larramendi recordó que ya en 1888, el explorador polar Fridtjof Nansen intentó mover su trineo con una vela en su intento de llegar al Polo Norte geográfico. Sin embargo, todos los intentos de lograr un diseño efectivo y eficiente han sido infructuosos hasta que, en 1999, después de tres años de viaje por las regiones árticas en una expedición épica, él mismo diseñó un trineo impulsado por cometas y con una plataforma flexible para adaptarse a ‘olas’ de más de un metro de altura (estrugis) que hay en la superficie helada de los territorios polares. Un vehículo capaz de desarmarse y transportarse en un avión de pequeñas dimensiones.

Después de tres expediciones a Groenlandia y dos a la Antártica, con miles de kilómetros de recorrido por regiones prácticamente inexploradas (como la Antártida oriental, en 2011-2012), presentan ahora su nuevo diseño, dentro de un proyecto internacional destinado a la investigación científica.

El Trineo de Viento, que ‘navega’ sin problemas a 10-12 kms por hora, y puede alcanzar hasta 40 kms/h en algunos momentos, según anunciaron ayer incorporará en el futuro tres módulos. En el primero, la ‘locomotora’,  viajarán los pilotos manejando la cometa que, a 300 metros de distancia, es capaz de girar 90º para aprovechar al máximo el viento; instalarán encima una tienda transparente que palíe las bajas temperaturas, incluso por debajo de 30º en el verano antártico. En el segundo, se trasladarán los materiales necesarios para la expedición y para las investigaciones, además de las placas solares que proporcionan energía a los equipos. Y el tercer módulo se destinará a la habitabilidad y los trabajos científicos.

En total, un vehículo de 14 metros de largo por cuatro de ancho estructurado en un convoy que podrá trasladar hasta dos toneladas de peso de materiales.

El proyecto implica la participación de al menos seis personas, dos científicos y cuatro técnicos, para poder realizar turnos de 24 horas y aprovechar al máximo la luz solar de los veranos polares.

Juan Manuel Viu, geólogo, recordó los muchos problemas que han tenido y tienen los investigadores para desplazarse en la Antártida, como ha podido comprobar ‘in situ’. “Hay expediciones, como la francesa de 2011, en la que se tardó 20 años en conseguir los fondos para su puesta en marcha y luego tuvieron que cargar con un gran número de tanques de combustible que acabaron con serios problemas en la nieve. Para hacer ciencia sobre los cambios climáticos que hay y hubo en la Antártida es necesario hacer muestreos, recoger datos y materiales. Este trineo es una alternativa ecológica, sencilla y económica en la que España puede situarse en la vanguardia”, apuntó.

En el mismo sentido, Larramendi concluyó señalando que “los recursos para investigar en la Antártida siempre serán pocos, y por ello lo barato es útil. Puede haber otros sistemas de transporte, pero ninguno tan sencillo y tan económico como éste”.

La circunnavegación de Groenlandia está prevista para mayo-junio del próximo año, pero los promotores del proyecto ya tienen la vista puesta en su futuro regreso a la Antártida.

 

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